Volvia yo el otro día a casa entorno a las diez de la noche, con un frío que pela, cuando de repente sentí una extraña sensación, ascendía, me elevaba, cada vez tenía el cielo mas cerca de mis manos, y yo aluciné, pensé: ¿me están abduciendo?, ¿estoy ascendiendo a los cielos?, ¿me ha sentado el porro peor de lo habitual?, cuando de pronto desperté de mi ensoñación, debido a un fuerte golpe de mi cuerpo contra los adoquines del suelo.
La cosa resulto ser la verdda bastante cutre, el ayuntamiento puso unos chirimbolos de estos que suben y bajan en ciertas calles para que no pasen los coches, solo pueden entrar los vecinos, con una tarjetita que hace bajar el chirimbolo, pues bien, algún coche había pasado y el chisme estaba bajado, yo no le ví, se supone que lleva luces, pero claro están puestas a mitad del chisme en cuestión, así que para cuando las ves es demasiado tarde. A lo que iba, por lo visto yo coloque mi pie justo encima del chirimbolo oculto del suelo, cuando empezó a subir yo empece a ascender hasta que caí, por que claro todo lo que sube baja, la física es inapelable.
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