sábado, 31 de enero de 2009

Lo que el cerdo esconde VI

La limusina paró frente al Kadewe, Fred nos indicó que debíamos subir a la última planta, cada uno por una zona diferente de los grandes almacenes.
Así lo hicimos, allí Fred y yo deambularíamos entre la gente, montando el mayor barullo posible para centrar la atención mientras tanto Astrid daría el golpe maestro, bajaría corriendo y nos esperaría en la limusina.
Mientras Fred y yo deambulábamos por el centro cual guiris ruidosos, yo miraba las cervezas, y sin querer tiré una, Fred comprometía a algunas dependientas, mientras Astrid iba en busca del objetivo, así que se dirigió a la sección de cárnicos y se abalanzo sobre el objeto de deseo.
Se abrazo a el salió corriendo y gritó la contraseña acordada FISTROS, así que Fred y yo nos dirigimos a la limusina lo mas rápido posible, tirando los estantes y percheros que encontrábamos por el camino, para evitar ser capturados.

Los tres nos reencontramos en la limusina, que se puso en marcha inmediatamente en busca de nuestro avión, durante el camino cada uno de nosotros saco su parte del puzzle, yo saqué mi funda de terciopelo, la abrí, Fred sacó su funda y la abrió, Astrid puso sobre el asiento la pieza que había cogido en los grandes almacenes.

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