Tres piezas que hacían un gran conjunto, Fred llevaba un cuchillo jamonero desafilado, por ello había tenido que acudir yo a Berlín portando una chaira, mientras que Astrid, tras muchos meses de investigación en Berlín, había conseguido encontrar el Joselito clave, estas tres piezas eran imprescindibles para el desarrollo de la misión.
Llegamos al aeródromo, allí nos esperaba Red, una vez todos juntos en el avión, empezamos a dar buena cuenta del jamón que en su interior ocultaba un microchip secreto, que yo no vi en una raja de jamón y me tragué, todos me miraron mal, y tuvieron de esperar a que visitase el maravillosos WC del avión, para poder recuperar el microchip, el cual contenía valiosos datos que solo la prodigiosa mente de Astrid podría descifrar y que de haber caído en manos equivocadas hubieran cambiado el mundo de manera irreversible.
La verdad es que a día de hoy sigo sin conocer exactamente de que datos se trataba, puesto que Astrid piensa que yo lo cotorreo todo por un cacho de pizza, la verdad es que el Joselito estaba bastante bueno y me pasee unos días por Berlín lo que siempre me resulta agradable, así que casi me da lo mismo lo que tuviese.
domingo, 1 de febrero de 2009
Lo que el cerdo esconde VII, el desenlace.
Publicado por Epi en 10:59
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