lunes, 19 de enero de 2009

Superpoderes II

Ya hace tiempo, así como por los inicios de este blog, comenté que me gustaría tener superpoderes, en ese caso hablé del dedo cambia cabezas o algo así, creo recordar que era para cambiar las cabezas de unas adolescentes chillonas a otras con el fin de crearlas confusión, so se que fon tenía, no lo recuerdo, si que dejasen de chillar o que chillaran por algo, bueno el caso es que necesito mas superpoderes.
Si bien el dedo índice de la mano derecha podría tener el poder de cambiar cabezas, el dedo índice de la mano izquierda tendría el poder de sellar bocas.
Antes de seguir quiero hacer una aclaración, de estos superpoderes solo dispondría yo, que para eso es la idea mia, no vaya a ser que un día aparezca con la boca pegada y la cabeza de Blas, que no te puedes fiar de nadie, que el mundo está lleno de psicópatas.
A lo que iba, lo de sellar bocas, no es ningún atentado contra la libertad de expresión ni nada de eso, que quede claro, a mi cada uno que diga lo que quiera y que se atenga a sus consecuencias, si bien es cierto que algunos callados iban a estar mas guapos y se iban a evitar muchos problemas, mis intenciones no van por ahí.
Hay dos cosas en este mundo que me irritan sobremanera, que con este superpoder se solucionarían.
La primera, son aquellos tipos que comen pipas por la calle, y escupen los cascos alegremente, sin saber a donde, y que en ocasiones van a impactar sobre mi persona, y claro a ellos igual s saliva no les da asco, pero a mi si, entones usaría mi dedo fulimnador y les sellaría la boca, hasta que aprendieran a guardarse los cascos en un bolsito y a tirarlos a una papelera, que las ponen en las calles para estas cosas.
La segunda cosa, es para evitar enterarme de cosas que no me interesan, que no quiero saber, que ni me van ni me vienen, y de las que me tengo que enterar, de las que me entero por que me monto en un autobús y va una tía allí contándola a una amiga que ha tenido un cristo con el novio, que el susodicho la mando un mensaje poniendola a caldo y que la Mari ya la había dicho que con ese chorbo no iba a hacer carrera. ¿Y a mi que coño me importa todo esto?, ¿qué me aporta a mi enterarme de eso?, pues eso que cojo mi dedo y la sello la boca, que eso se habla en casa tomando un café, no en un autobús petado de gente.
Voy a ir ensayando a ver que tal funciona mi dedo.

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Lo malo, Epi, es que, en cuanto alguien te viera los superpoderes te los copiarían en Japón, Corea o China y terminarían vendiéndolos en los todo a cien. Es lo malo de la globalización.