La ira de los paraguas

Vivo aterrado estos últimos días baja la lluvia constante, y no por la lluvia, que aun que yo soy mas partidario de tiempo seco y soleado, de los días de cielo azul, aunque haga un frío que corta, no vivo aterrado por la lluvia, sino por esos artilugios que la gente utiliza para evitar mojarse llamados paraguas.
Tampoco es que yo lleve muy bien el paraguas, por que entre lo que pesa y mi mano de felpa se me acaba resbalando, pero el peligro que crea el género humano para el resto de los mortales cuando lleva un paraguas es alucinante.
Ya no voy a hablar de los que deciden llevarlo abierto por debajo de los soportales, ni de aquellos que cuando a ti te ha pillado el chaparrón por sorpresa y tratas de llegar a cubierto resguardándote malamente pegadito a la pared, esperando que los balcones sobresalgan bastante, puesto estos van tan campantes por debajo de los balcones con su paraguas abierto y tapaditos, y a ti te hacen salirte al centro de la acera, dirán que total si te vas a acabar mojando igual, pues que mejor de golpe que da menos impresión.
No hablo de estos, sino de los que te peinan a raya, que son muchos la verdad, el otro día ya fue el no va mas, portaba yo feliz mi paraguas, y cuando me disponía a cruzar un paso de cebra, entonces sentí impactar algo contra mi cabeza, que se enredo en mi pelo, mientras me enteraba de que pasaba, empecé a ver una tela de colores con varillas entre mi cabeza y mi paraguas, que siguió avanzando, así descubrí que tenía un paraguas extraño entre mi cabeza y mi paraguas, que siguió avanzando, y lo peor es que la señora asesina, ya no es que se inmutase, es que encima de arrearme, asustarme, despeinarme y acojonarme hasta no poder mas, me miró mal.
Desde aquí pido a la DGT, un carné para conducir paraguas ya, que no hay mas que insensatos agarrados a ellos, por nuestra salud ocular y capilar, carné para paraguas YA.