El segundo día de mi estancia en Berlín empezó muy pronto, demasiado pronto para mi gusto, que como muy pronto me levanto a las diez de la mañana, pero no proteste demasiado, puesto que pensé, que este madrugón se debía a la visita a Nefertiti, así que a las siete y media de la mañana, estaba vestido, desayunado y sorprendido de que a esas horas estuvieran puestas las calles.
Así que me monté en el ascensor esperanzado de ver a Nefertiti, me llevaron pasean por la calle, pasando por delante de la puerta de Brandenburgo hasta llegar al Reichtag, y colocarme en una cola para entrar, pero aquí no está Nefertiti, con lo cual dedujo, que tampoco iba a verla ahora, a cambio presencié el milagro que ya ha relatado Nacho en su blog, y me subieron a una cúpula de cristal muy bonita, estilo star wars, desde la que se podía ver toda la ciudad, pero no a Nefertiti.
Tras preguntar varias veces que cuando íbamos a ver a Nefertiti, y llamarme Blas cansino otras tantas veces, me bajaron de la cúpula y me llevaron dando un paseo hasta el Lustgarten……..continuará.
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