domingo, 30 de marzo de 2008

Servicios públicos

No voy a hablar de los horarios de los trenes, ni de los autobuses municipales que te dejan en tierra aunque llueva un huevo por que van llenos de gente, ni tampoco de los retrasos de iberia.

No, es algo mas sencillo, voy a hablar de los W.C. que hay en los lugares públicos, he de reconocer que siempre me ha traumado ir a un aseo en el que no sabes quien ha pasado antes, o entrar al de cualquier bar una noche de fiesta con la intriga de descubrir de que color será la pota.

Lo que a mi realmente me aterra es una vez que entras, esto de entrar no siempre es fácil, algunos debido a sus reducidas dimensiones hacen necesario subirse a la taza para poder abrir y cerrar la puerta.

A lo que iba, lo que realmente me aterroriza es no poder salir, es decir no poder abrir el candado, pestillo o lo que tengan, esto me ha pasado muchas veces, tu cierras tan feliz al entrar, para que nadie interrumpa tu momento de desahogo, pero cuando vas a salir no hay quien corra el pestillo, entonces a mi me empieza a faltar el aire, me empiezo a poner muy nervioso, me siento agobiado, empiezo a mirar por donde puedo huir, a ver si puedo caber por el hueco que queda entre el suelo y la puerta, a ver si la puedo saltarla por arriba, a ver si puedo pasar por algún sitio al W.C. de al lado, a ver si alguien me oye y me ayuda, todo esto mientras muevo el pestillo compulsivamente, y ya cuando estas a punto de buscar tu móvil para pedir socorro, por fin consigues correr el pestillo, y respiras y te calmas y sales, pero claro somos esclavos de nuestra vejiga y tarde o temprano hay que volver a entrar y a sudar y a agobiarse y a tirar del pestillo compulsivamente, aunque por suerte siempre se abre.

No hay comentarios: