Estos días de Navidad, ya se que aún quedan dos semanas, pero la cosa es que llevamos celebrándola ya un mes, a mi la verdad que se me hace muy largo, pues estos días anda todo el mundo atareado de un lado para otro comprando regalos.
El primer evento navideño en cuanto a regalos es esta cosa llamada el amigo invisible, que consiste, en regalar a alguien algo sin que sepa quien se lo regala, en definitiva una mierda, una cosa horrible y hortera que no vale para nada, pero que te da cosa tirar por el simple motivo de que es un regalo.
Y la verdad que a quién no le han regalado nunca una mierda, una cosa de estas horribles, que cuando abres el papel no sabes que cara poner, yo he de reconocer que aquí tengo un gran problema, y es que disimulo muy mal.
Siempre piensas y ¿dónde me habrán comprado esto?, la respuesta es muy sencilla, existen unas cosas conocidas como los “20 duros” o “todo a
Pero para mi la estrellas son las tiendas de recuerdos, no hay mas que darse un paseo por la zona de la catedral y mirar sus maravillosos escaparates, aquí podemos pillar un regalo bien resultón, a mi personalmente, me tiene fascinado unos imanes que tiene una tienda, con salchichones, aceitunas, paellas y por supuesto un pincho de morcilla, esto lo regalas y quedas como dios. Por no olvidar las muñecas de sevillana, que vayas al punto que vayas de España siempre encuentras, a mi esto me parece bien fardón para el amigo invisible, y por supuesto el torito para encima de la tele. Llegados a este punto quiero hacer un llamamiento a los fabricantes de teles, que con la cosa esta del plasma a ver donde colocas el torito, ya esta bien de tanta pantalla plana, a ver si ponen un soporte o algo arriba para poner los recuerdos bizarros.
Dicho esto recordar los días del padre o de la madre y los regalos maravillosos que les hicisteis aconsejados por las monjitas, yo recuerdo una caja forrada de macarrones y pintada con temperas, y la sonrisa de tus padres dándote las gracias y diciéndote que bonito, pues bien esa es la actitud.
P.D.: según le refranero popular después de las nieblas a los 40 días nieve, así que si no miente, a mediados de enero nieve.
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