viernes, 16 de octubre de 2009

El vino que bebe Asunción IV

Al día siguiente nos colocamos nuestra ropa de turistas y salimos a pasearnos por Oporto, nos paseamos por toda la ciudad de arriba abajo y de abajo arriba, nos hicimos con un plano y un bono para el metro, con el cual recorrimos la ciudad, nos fuimos a tomar el sol a la playa la verdad que el trabajo de detective es duro, es duro de verdad, tener que estar tumbado al sol durante tres horas sin pensar en nada, esperando a que algo extraño suceda entre un montón de turistas recalentados y retostados, total que tengo un morenito de os más molón. Allí nos encontramos con red, que andaba de los mas liada luciendo palmito en bikini por la playa, nos pregunto que tal lo llevábamos, la dijimos que andábamos como despistado, y se alegro, dijo que se lo estaba pasando bien y que cuanto más tardáramos más tiempo estaba allí de vacaciones, que la ciudad era muy bonita y que estaba muy a gusto en la playita, que cuando nos tuviese que llevar de vuelta a casa que la avisáramos, que su cometido es únicamente el llevarnos y traernos, a ver cuando a prendo yo a pilotar aviones, que te quedas con la parte más chula del trabajo pensé.


Agotados de la mañana playera nos fuimos a comer a centro de Oporto, preguntamos cual era la especialidad típica de la ciudad, y nos enteramos que hay una especie de comida rápida llamada Francesinha, que esta de lo más buena y es super ligera, para mi fue como una ensoñación, viví un momento de irrealidad, cuando vi aparecer el plato con la Francesinha, con su quesito fundido por encima recubierto de salsa de tomate picante, y luego al morderla, cuando mis dientes sintieron su blandita capa de pan de molde, hasta llegar a la carne de ternera, jamón York y choricillo, fue un éxtasis para todos mis sentidos, sentí como aquel delicioso manjar me transportaba al más allá, hasta devorarlo con ansia y quedarme lleno hasta reventar de aquella cosa tan rica.





Después decidimos pasarnos por la cafetería Majextic, que estaba allí cerca, es un destino muy turístico y nosotros ejercíamos de turistas, es muy bonita y ponen unas cosas que están la mar de ricas, yo me tomé un café, con unos pastelitos de Belén, que son de Lisboa, y cuando estuve allí me puse tieso, también me tomé un zumo de naranja muy rico, con otro tipo de pastelitos, luego pedí un batido de fresa, que llevaba mucha nata, mucha fresa y que era muy grande, con una tarta de por allí, especialidad de la cas me dijeron que estaba de lo más bueno. Luego ya no podía moverme, por lo que Astrid me llevó a rastras al Hotel, me dijo que era un tragaldabas, que me perdía la comida, mira que reniegas Astrid, le contesté. Me dejo sobre mi para que se me bajara el empacho a comida, y se fue a su habitación. Para ayudar a bajar a la comida decidí llamar al servicio de habitaciones y pedir un par de botellas vinho verde, que fresquito entra bien, creo que me taje un poco, me quede dormido y a la mañana siguiente me levante como nuevo.
A las 8 de la mañana siguiente Astrid, empezó a aporrear desatado mi puerta, gritaba para que le abriera, se podía ir a la mierda, joder, que me había bebido un par de botellas de vinillo solo, que pocos detalles tienes Astrid, me dijo que estaba cansado de mí y de mi gula, que siempre andábamos igual, le dije que no sabía valorar el turismo gastronómico, empezó a hacer arggg, que mira que lo hace veces, y me dijo que por sus huevos que hoy resolvíamos todo, no lo entiendo por que ayer cuando estaba tirado en la playa no protestaba nada, ni parecía tener prisa.
Me dijo que si el microchip ese, no se de que me hablas le dije, la madre que te parió me contesto, estaba en los vinos habría que ir a visitar las bodegas, coño Astrid, que gran idea le dije, de vez en cuando pasa.
Así que nos fuimos a la zona de la Ribeira, nos subimos a un barco para turistas, que es de lo que ejercíamos, Astrid dijo que así podríamos investigar la otra orilla del río, que es donde se encuentran las bodegas y hacer fotos, sin llamar la atención, que luego con esta fotos se podría hacer, no se que historias contó, de una composición de lugar, para luego ir, si que dijo que había catas gratis, es el único dato interesante de la charleta de media hora que me dio, total que nos dedicamos a hacer fotos, según Astrid las mías no valían para nada, que solo se nos ve a el y a mi haciendo turismo, y digo yo ¿no es lo que teníamos que hacer?, Astrid volvió a hacer arrggg, no se por que si salimos de los más guapos.



El crucero por el Duero duró una hora y a mi me gustó mogollón, el poder ver toda la ciudad desde el río y ver las desembocadura del Duero en el océano Atlántico, que si que se cual es y por donde alto, y no soy un inculto que no se entera de nada como piensa Astrid, mientras yo disfrutaba del viaje y hacia fotos guapetonas Astrid tiraba fotos con un teleobjetivo, de lo más grande, cannon 600 mm f/ 4L IS USM EF, o algo asó ponía en el, un poco grande para mi gusto, va estupendo según Astrid que hacía como un poseso a la orilla de Vila Nova de Gaia donde se encuentran todas las bodegas, mientras tanto yo miraba el recorrido, los puentes sobre el Duero, me encontré a Red dándose una vuelta en el barquito así que yo le hice unas fotos a ellas y ella a mí, chinchamos un poco a Astrid.


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