sábado, 28 de marzo de 2009

El caso fideuá I

Hace unos cuantos días que no publico ningún post nuevo en mi blog, por supuesto esto tienen una explicación, no es que se me haya evaporado la inspiración, sigo poseyendo mi verborrea habitual, la causa es que he estado bastante liado en una nueva investigación.

Todo empieza el día 25 de Febrero, cuando recibo una llamada de Red, me indica que debo desplazarme a la base del cuartel, donde me reuniré con ella y me dará las instrucciones precisas.

Así que me dirigí al lugar indicado el día indicado, con mi maleta, puesto que Red me dijo que debía partir inmediatamente hacia Valencia, y me insistió en que no se me olvidará llevar el traje de Fallera que Freed me había hecho llegar días antes.

El traje de fallera abulta un poco, es muy complicado de meter en la maleta, pero que muy complicado, estuve un rato jugando al tetris con mi equipaje y no conseguí meterlo, por lo que decidí llevarlo puesto, así que con arrastrando mi maleta, y vestido de fallera, por cierto estoy la mar de guapetón, me dirigí a la parada de autobús, quizás llamé un poco la atención, lo mismo si, cuando me monté en el autobús vestido de fallera, aunque no puedo revelar la ubicación de la sede de la organización para la que trabajo, si que puedo decir que se encuentra en algún lugar de la meseta. Mientras intentaba pasar desapercibido en el autobús llegué a mi destino, baje, me acerqué a la puerta de la organización, creo que lo voy a llamar compañía que queda mas de serie americana de espías e intrigas, me identifique y me dejaron pasar.

Allí me encontré con Red, hablamos un rato de nuestras cosas, y después me entrego un sobre con toda la documentación necesaria para el desarrollo de la misión, me entrego también la dirección del hotel al que debía dirigirme y algo de dinero.

Cuando me disponía a examinar la documentación, me dijo que no había tiempo, que la revisara en el hotel, puesto que el avión estaba averiado y debía ir en moto, así que abrió la puerta de garaje y me enseño una bonita vespa color crema, una vespa de la originales y me entrego las llaves.

¿Y el sidecar?, pregunté, entonces apareció Astrid de entre la penumbra, debía llevarle, nos saldamos, y emprendimos viaje, eso si, me dijo cientos y cientos de veces que no corriera, que fuese con calma, que eres un poco inconsciente.

Yo le dije vale, pero que me negaba a llevarle si el no iba vestido de fallera como yo, me cerré en banda, me negué a partir si el no iba conjuntado conmigo. Como vieron que no accedía ni a cambio de comida, no le quedo mas remedio a Astrid que acceder.

No nos pudimos meter el casco con los moñetes, pero eso no fue problema, emprendimos caminos, aceleré a tope, puse cara de velocidad y sentí el viento en mi cara, en mis moñetes en mi falda, y sentí los gritos de Astrid, su terror, su pavor, sus moñetes al viento que se agarraba con las manos, mientras decía frena un poco insensato, agazapado en el sidecar.

Para alivio de Astrid llegamos al hotel donde debíamos hospedarnos, así que entramos a recepción, donde nos miraron con cara extraña, yo pensé que aquí llamaríamos menos la atención, quizás aún no había empezado la fiesta, nos dieron a cada uno las llaves de nuestra habitación, donde nos fuimos a descansa hasta el día siguiente.



Mañana mas, salvo que tenga mucha resaca, enctones publico el lunes.

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