martes, 31 de marzo de 2009

El caso fideuá IV

- Buenos días Fred

- Buenos días Astrid, ¿no está Lori?

- No, aún no ha venido y es extraño, es muy extraño, ya sabes que cuando hay comida de por medio es el primero en llegar.

- Si es raro muy raro, esperaremos un rato, por que no tomamos una cerveza mientras.

- De acuerdo.

- ¿Qué tal van vuestras investigaciones?

- Bien Fred, he estado investigando por distintos puntos de la ciudad estos días con Lori, pero no hemos encontrado nada concluyente.

- Ya te dije el otro día que la misión sería complicada, que iban a aprovechar estos días de barullo para mover la mercancía, con tanta gente por las calles es fácil pasar desapercibido. Espero que no hayais levantado sospechas.

- No se que decirte, Lori se empeña en ir a todos los sitios vestido de fallera con la banda de fallera infantil, y si yo no voy de fallera mayor se niega a llevarme en la moto.

- Esa es la idea Astrid, en plena fiesta ir vestido de fallera es una bonita manera de pasar desapercibidos, además con las bandas que os facilité de fallera mayor e infantil pretendí facilitaros el acceso a los distintos actos.

- Vaya por eso vienes hoy tu vestido de fallero, huertano o como se llame, estáis todos locos.

- Me está preocupando lo de Lori.

- A mi también, hace ya casi una hora que debería estar aquí.

- Voy a llamarle.

- Donde se habrá metido.

- No contesta. ¿sabes si salió esta mañana del hotel?

- Pues no, se supone que íbamos a repasar toda la información obtenida estos días cada uno en su habitación.

- Deje claro en la comida del el otro día que nos enfrentábamos a tipos muy peligrosos, a criminales de gran prestigio experiencia y que teníais que ser cuidadosos y manteneros en contacto el uno con el otro todo el tiempo.

- Si, si, jefe, yo lo he hecho todo el tiempo.

- ¿Os han estado vigilando?

- No creo, igual está dormido en el hotel.

- Vayamos a ver.



Seguía allí atado a la silla, cuando note un cierto cosquilleo en el refajo, como algo que vibraba,

ay, me hacía rosquillitas. Yo allí atado y Astrid y Fred poniéndose como el tenazas, que injusto

es el mundo. Yo allí solito y abandonado, viendo como pasaban los minutos en el reloj

cochambroso de la pared, imaginándome esa fideuá, salivando, recordando mis fartons

abandonados, ay. No puedo hacer otra cosa que suspirar.

lunes, 30 de marzo de 2009

El caso fideuá III

El día 12 de Marzo llamó Fred a Astrid para encontrarse con nosotros, debíamos informarle de nuestras investigaciones, así que decidimos que ese día no iríamos en busca de eso que buscábamos, puesto que habíamos quedado con Fred para comer. Astrid me dio que el se quedaría recopilando datos en el hotel y yo decidí ponerme todo guapo de fallera infantil e irme a Alboraya a tomar una horchata. Entre en la horchatería Daniel, donde me pedí un katxi de horchata, un huevo de fartons y otros tantos danielets. Me puse a comer, que buenos, pero que buenos estaban, y ya sabéis lo que me pasa, que mientras como me abstraigo del mundo, no me entero de nada, solo veía el farton en mi mano, que untaba cuidadosamente en la horchata y luego me llevaba a la boca, mientas escullaba la horchata y lo comía ávidamente, y el sabor de la horchata y el farton inundaban mis sentidos, me transportaban a un mundo mejor, un mondo de sensaciones, de placer y…

Algo me golpeo en la cabeza, me sentí mareado, empecé a ver borroso, sentí como mi cabeza se acercaba a el katxi de horchata, sentí la horchata fresca sobre mi cara, alguien me ataba, me tapaban la cabeza, me volvía a golpear en mi cabecita y todo se puso oscuro muy oscuro, mas allá que para acá sentí que me movían, me montaban en un coche y caí desmayado.

No recuerdo mas, hasta que abrí los ojos, me encontraba, vestido de fallera por supuesto, en una nave, atado en una silla y con la boca tapada, en ese momento pensé que me habían secuestrado, y esos cabrones lo iban a pagar muy caro, nadie, pero nadie, osa secuestrar a Lori mientras está almorzando.

Vino un tipo con la cara tapada, me dijo que teníamos que hablar, estaba de acuerdo con el, hay que ser muy cabrón para impedir que la fallera infantil se tome una horchata a gusto.

Me dijo que fuese a tomar el pelo a otro, que el y yo sabíamos que yo no era la fallera infantil, ¿no?, ¿no lo era?; que disgusto, empecé a llorar, me quitas la horchatas y el título, eres un desaprensivo le dije.

No te hagas el tonto, me decía, tu y yo sabemos por que estás aquí, y la verdad lo mismo el lo sabía, pero yo no tenía ni la menor idea.

No se de que me hablas contestaba yo una y otra vez, el insistía no te hagas el tonto, me dejo reflexionar un rato, me dijo que le estaba cabreando y que en una hora volvería para ver si yo quería hablar.

Me quede tranquilo en mi silla, recordando la horchata perdida, me sentía miserable, ay mis fartons, tan ricos, ay.

Había un reloj en una de las paredes de la nave, vi que eran las tres y media de la tarde, ¿me habrían echado en falta Astrid y Fred en la comida?, ehhhhhhh, empecé a chillar, cabrones, cabrones, sois unos cabrones, ehhhhhhhhhhhhhh.

Nadie contesto, Fred y Astrid ya se habrían ventilado la fideuá.

domingo, 29 de marzo de 2009

El caso fideuá II

Revisé la documentación que contenía el sobre, creo que siempre me niegan parte de la información en estas misiones, tengo la impresión de que no acaban de confiar en mí. Cuando pregunto el porque Astrid siempre me contesta lo mismo, tú por un bocadillo de mortadela cuentas lo que sea, y se equivoca, yo por menos de un bocata de jamón ibérico no cuento nada.

Tenía que dirigirme junto a Astrid a la plaza del ayuntamiento a las 11 de la mañana, donde nos reuniríamos con Fred, allí nos darían detalles de la misión a desarrollar, debíamos intentar pasar desapercibidos.

Me desperté me dí una ducha, me coloqué el traje de fallera, me hice los moñetes y bajé a desayunar al buffet del hotel, allí estaba Astrid haciendo lo propio, ataviado con su característica gabardina, me saludó, me dijo que que coño hacía vestido así, yo le dije que pasar desapercibido y el emitió un sonido extraño, de esos que hace el, arggg o algo así. Desayunamos juntitos y me dijo que cogiera la moto para ir a la plaza del ayuntamiento, me volvía a negar a llevarle si no se vestía de fallera, volvió a hacer argg, pero subió a su habitación y se vistió como corresponde a la ocasión.

Estuvimos esperando un rato a Fred, hasta que el apareció allí vestido cual componente de Franz Ferdinand, nos saludo amistosamente, hay que reconocerlo, es un tipo bastante enrollado, le gusto nuestro atuendo, dijo que era super apropiado para pasar desapercibidos, Astrid hizo arggg, y no entrego un material, que según el facilitaría nuestra misión, eran una banda de fallera mayor y otra de fallera infantil. Ya os he dicho que Fred era un tipo super majo, yo me coloqué la banda de fallera infantil, y Astrid después de emitir un ruidito de esos suyos y decirnos que estábamos tarados se colocó la de fallera mayor.

Fred nos dijo que nos invitaba a comer una paella, yo acepté encantado y Astrid arqueó la ceja, digo yo que en señal de aprobación.

No se muy bien lo que Fred como, mientras estoy comiendo me evado de la realidad para disfrutar de la comida, de sus sabores, de sus textura, de su olor….

Así que fue un problema, no me enteré de nada, pero de nada, y claro al día siguiente me dice Astrid, tenemos que ir a buscar lo que nos pidió Fred, ¿?,¿?.

A vale buscaremos lo que nos pidió Fred, ¿ a dónde quieres que te lleve con la moto?, y a donde Astrid decía yo le llevaba con la moto, nos pasamos varios días con la moto de aquí para ya, sin saber yo lo que buscábamos, pero como iba con Astrid, pensé si lo ve él sabrá.

sábado, 28 de marzo de 2009

El caso fideuá I

Hace unos cuantos días que no publico ningún post nuevo en mi blog, por supuesto esto tienen una explicación, no es que se me haya evaporado la inspiración, sigo poseyendo mi verborrea habitual, la causa es que he estado bastante liado en una nueva investigación.

Todo empieza el día 25 de Febrero, cuando recibo una llamada de Red, me indica que debo desplazarme a la base del cuartel, donde me reuniré con ella y me dará las instrucciones precisas.

Así que me dirigí al lugar indicado el día indicado, con mi maleta, puesto que Red me dijo que debía partir inmediatamente hacia Valencia, y me insistió en que no se me olvidará llevar el traje de Fallera que Freed me había hecho llegar días antes.

El traje de fallera abulta un poco, es muy complicado de meter en la maleta, pero que muy complicado, estuve un rato jugando al tetris con mi equipaje y no conseguí meterlo, por lo que decidí llevarlo puesto, así que con arrastrando mi maleta, y vestido de fallera, por cierto estoy la mar de guapetón, me dirigí a la parada de autobús, quizás llamé un poco la atención, lo mismo si, cuando me monté en el autobús vestido de fallera, aunque no puedo revelar la ubicación de la sede de la organización para la que trabajo, si que puedo decir que se encuentra en algún lugar de la meseta. Mientras intentaba pasar desapercibido en el autobús llegué a mi destino, baje, me acerqué a la puerta de la organización, creo que lo voy a llamar compañía que queda mas de serie americana de espías e intrigas, me identifique y me dejaron pasar.

Allí me encontré con Red, hablamos un rato de nuestras cosas, y después me entrego un sobre con toda la documentación necesaria para el desarrollo de la misión, me entrego también la dirección del hotel al que debía dirigirme y algo de dinero.

Cuando me disponía a examinar la documentación, me dijo que no había tiempo, que la revisara en el hotel, puesto que el avión estaba averiado y debía ir en moto, así que abrió la puerta de garaje y me enseño una bonita vespa color crema, una vespa de la originales y me entrego las llaves.

¿Y el sidecar?, pregunté, entonces apareció Astrid de entre la penumbra, debía llevarle, nos saldamos, y emprendimos viaje, eso si, me dijo cientos y cientos de veces que no corriera, que fuese con calma, que eres un poco inconsciente.

Yo le dije vale, pero que me negaba a llevarle si el no iba vestido de fallera como yo, me cerré en banda, me negué a partir si el no iba conjuntado conmigo. Como vieron que no accedía ni a cambio de comida, no le quedo mas remedio a Astrid que acceder.

No nos pudimos meter el casco con los moñetes, pero eso no fue problema, emprendimos caminos, aceleré a tope, puse cara de velocidad y sentí el viento en mi cara, en mis moñetes en mi falda, y sentí los gritos de Astrid, su terror, su pavor, sus moñetes al viento que se agarraba con las manos, mientras decía frena un poco insensato, agazapado en el sidecar.

Para alivio de Astrid llegamos al hotel donde debíamos hospedarnos, así que entramos a recepción, donde nos miraron con cara extraña, yo pensé que aquí llamaríamos menos la atención, quizás aún no había empezado la fiesta, nos dieron a cada uno las llaves de nuestra habitación, donde nos fuimos a descansa hasta el día siguiente.



Mañana mas, salvo que tenga mucha resaca, enctones publico el lunes.

sábado, 14 de marzo de 2009

El primo Ernest

He recibido una carta de mi primo Ernest, que por cierto hace mucho que no veo por que cuando yo fui a Berlín el estaba en Mallorca, que mira que le gusta ir allí.
Dice Blas que no entiende como ha llegado con la localización tan precisa que dió de mi, que somos iguales, que se nota que somos familia.
Aquí os pongo la carta de mi primo, a ver si os le presento:


lunes, 2 de marzo de 2009

Entrevista a Astrid (realizada un día sin concretar en algún punto del planeta Tierra)

Creo que quedaron algunas cosas en el aire tras mi relato del caso “Lo que el cerdo esconde”, cosas que yo como vosotros desconocía, decidí hablar con Astrid, para intentar enterarme y aclararlas. Así que concerté una cita con el en un lugar ultrasecreto y ultraseguro que no me está permitido revelar.
Como siempre Astrid me estaba esperando, nos saludamos cortésmente y Astrid sirvió unos cafés y pastas, que ricas, e iniciamos la conversación.
Mientras observaba las galletitas de chocolate en la bandeja, inicié la entrevista:
Lori: Antes de nada quería agradecerte, Astrid, que me ofrezcas a mi en rigurosa exclusiva está entrevista, de manera gratuita, por la que seguro has tenido grandes ofertas de otros medios, nunca sabré como…
Astrid: Al grano, Lori, que es lo que quieres saber.
L: pues muchas cosas, no sé, dónde has comprado las galletas, cómo se separa el alma del cuerpo en el momento de la muerte, a qué huelen las nubes…
A: ¡Lori, céntrate!
L: Vale, vale, es que yo llegue a media misión y como siempre me contáis pocas cosas, pues no sé, tengo mogollón de dudas…
A: Como para darte a ti muchos detalles, tu por una pizza lo cuentas todo
L: ¡ehhhh!, no me difames, que tu eres un mandón sabelotodo
A. Oye, como no dejes de insultarme me largo, ¡eh!, me largo.
L: Vale, vale, jo no te pongas así, me gustaría saber ¿cómo se inició la misión?
A: Recibí una llamada de Fred, que me indico que debía dirigirme inmediatamente a Berlín, la seguridad mundial está en juego.
Me pidió que me dirigiera al aeródromo, X, le llamaré así, ya sabes que no podemos revelar ni el nombre ni la ubicación de nuestras infraestructuras, y allí me estaba esperando Red, e inmediatamente partimos hacia Berlín.
Una vez aterrizamos en la capital Alemana…
L: ¿No tendrás más galletas?
A: Ahhhh (este es un típico ruidito de Astrid?, toma anda…
L. Gracias Astrid, continúa.
A: Una vez en Berlín recibí una nueva llamada de Fred, me índico un lugar y una persona de contacto con quién debía reunirme. Así que allí acudí, y tras facilitar la contraseña recibí un sobre, con el cual regresé a la habitación de mi hotel, donde tras revisar que no estaba pinchado el teléfono, que no existían ni micros ni cámaras ocultas…
L: Astrid, no tendrás mas leche
A: Ahhhh, toma anda, así no hay quién de intensidad a la historia.
L: Vale, vale, sigue.
A: Abrí el sobre, allí encontré un dossier, que leí detenidamente a lo largo de…
L: ¿y qué ponía?, ¿qué ponía?
A: No me interrumpas y así te enterarás, estudié el dossier durante toda la noche, necesitaba encontrar.
L: ¿EL Joselito clave?
A: Sí, el Joselito clave como tú lo llamas. Así que durante mas de mes y medio recorrí distintos centros comerciales de la ciudad indagando en cuales de ellos podía encontrar jamón ibérico, así dí con el Joselito secreto.
L: ¿Pero, qué le distinguía del resto?
A: Vaya por fin una interrupción oportuna, pues verás, el jamón en cuestión llevaba un microchip en su interior con valiosa información, para detectar este microchip yo iba equipado con unas gafas de rayos X, así es como descubrí el Joselito clave.
L: ¿Por qué me llamasteis a mi, a joderme las vacaciones, si aparentemente todo estaba bajo control?; por cierto, ya no quedan galletas.
A: Toma anda, te llamamos por que a Fred se le había olvidado la chira, y en Berlín no encontrábamos.
L: Vaya, así que fui de vital importancia para la operación.
A: Ahhh, si Lori, si.
L: Oye y que información contenía el microchip?
A: Eso no estoy autorizado a revelarlo, pero ten por seguro que ahora el mundo descansa en paz.
L: ¿Y…
A: tengo que irme, antes de salir coge esa bolsa de ahí, te hará falta para la próxima misión. Allí nos veremos.
L: Pero….
A: Hasta pronto…
Y así acabó la entrevista, cogí la bolsa, dentro había un traje de fallera y una nota de Fred, “ Te esperamos el día 1 de Marzo a las 11 horas en la plaza del ayuntamiento de Valencia, Red se pondrá en contacto contigo para llevarte”.
Así que aquí estoy en un hotel de Valencia, vestido de Fallera, en una nueva misión que pronto os contaré.



Postdata: en cuanto tenga un rato os presento a mi primo Ernest.